Todas las claves sobre las aletas de buceo

Sin duda las aletas son uno de los primeros elementos del equipo de buceo que vamos a comprar. Un elemento en apariencia sencillo pero que tiene una importancia capital a la hora de mejorar nuestra experiencia como buceadores. Bucear con una aleta que se nos adapte correctamente mejorará de forma notable el rendimiento de nuestro aleteo. Su característica principal es la de proporcionar al buceador la posibilidad de impulsarse por el agua potenciando la fuerza de los músculos de las piernas.

Aunque unas buenas aletas son muy importantes para conseguir buenos resultados, resulta obvio que no lo hacen todo y que, si no somos capaces de utilizarlas correctamente, de nada nos sirve tener el “último modelo de aleta de carbono más hidrodinámico que jamás se haya construido”. No caiga en el error de utilizar un material al que no es capaz de sacarle todo el partido, por muy bueno que éste sea. Dicho esto, una correcta elección del material y en concreto de la rigidez de las palas en función de nuestra habilidad natatoria, resulta fundamental para conseguir buenos resultados.

En ocasiones no resulta tan fácil acertar con las aletas adecuadas, las posibilidades son muchas y muy diferentes, apareciendo, en principio todas como válidas. ¿Cómo saber cuál es la mejor opción para mi?, ¿en qué debo fijarme?, ¿cómo puedo saber que dará buen resultado? A continuación abordaremos todas estas claves.

CARACTERÍSTICAS BÁSICAS

Las aletas tienen una finalidad clara: aprovechar al máximo el impulso de las piernas del buceador, disminuyendo el esfuerzo necesario para avanzar, al tiempo que aumenta enormemente la velocidad.

Todas las aletas se basan en el mismo principio físico, al imprimirle energía al líquido elemento conseguimos un empuje en sentido contrario. Este empuje en términos de física depende de su momento, es decir, del flujo de masa de agua en movimiento, su velocidad y dirección.

La forma de hacerlo es mediante un movimiento cíclico de las aletas en la que el agua se acelera y se canaliza hacia atrás. Está comprobado que nada con aletas ahorra alrededor de un 40% de energía a igual velocidad.

A nivel general, podemos decir que las características básicas que deben cumplir unas buenas aletas son las siguientes:

– Trazado oblicuo: que nos permitirá aprovechar el esfuerzo de la palmada al máximo, al tiempo que nos evita adoptar posiciones complejas que pueden producir calambres (gracias a su trazado el pie queda en una posición muy parecida a la normal).

– La pala de la aleta deberá ser lo suficientemente rígida para contrarrestar la resistencia del agua. En este sentido las palas blandas ofrecen un mayor confort con menor rendimiento mientras que las palas rígidas ofrecen un mayor rendimiento a costa de un esfuerzo mayor por parte del buzo. Algunos tipos de aletas, como las partidas, reducen el esfuerzo de aleteo con un rendimiento adecuado. Lo mejor es que consulte con su instructor sobre el tipo de aletas que más pueden convenirle.

– Carecer de durezas y adaptarse perfectamente al pie: le aconsejamos utilizar un número mayor al del calzado normal, con el fin de evitar presiones molestas. Si las vamos a usar con escarpines debemos probarlas con ellos puestos. Asegúrese de que encajan correctamente moviendo las piernas y los tobillos hacia arriba y hacia abajo. No perder las aletas con este movimiento es una buena señal ya que las aletas no deben estar ni demasiado apretadas ni demasiado sueltas.

MATERIALES DE FABRICACIÓN

En los comienzos del buceo, las primeras aletas se realizaban en caucho, un material que pronto se desecharía puesto que presentaba enormes limitaciones. Los fabricantes se vieron obligados así a investigar en la búsqueda de materiales alternativos que ofrecieran un mayor rendimiento para el buceador.

Todo este desarrollo tecnológico dio lugar a las aletas que en nuestros días conocemos, realizadas con materiales denominados “tecnopolímeros”, especialmente pensados para resistir la corrosión marina, con lo que su durabilidad se acrecienta enormemente.

Este material ha permitido además la realización de aletas de múltiples y diferentes formas, tal y como podemos comprobar al echar un ojo al mercado. La más conveniente en cada caso depende de múltiples factores que a continuación recogemos.

En la actualidad se combinan materiales de diferentes densidades en cada una de las partes de la aleta, con el fin de que cada zona tenga la rigidez necesaria, así los bordes deberán ser más rígidos para garantizar un correcto aleteo, mientras que la parte del centro será más flexible para una correcta movilidad del pie. Por su parte la zona del empeine deberá tener la adecuada flexibilidad, para evitar rozaduras.

Resulta evidente que el material de la pala deberá ser lo suficientemente resistente para que no pierda sus prestaciones ni con la profundidad ni con la temperatura del agua. Conviene saber que la rigidez de una pala le viene dada por los nervios longitudinales que aseguran la trayectoria correcta del agua, siempre paralela al eje longitudinal del cuerpo.

TIPOS DE ALETAS

De forma general podemos hablar de dos grandes grupos de aletas:

Aletas regulables: Por lo general, para el buceo, utilizaremos aletas regulables con las que llevaremos calzado de traje húmedo (escarpines)

Aletas calzantes: Las aletas calzantes no tienen regulación y no requieren escarpines, suelen tener las palas más pequeñas y se utilizan en el buceo con tubo o con equipo muy ligero en aguas cálidas.

EL TIPO DE PALA

Si nos centramos en el tipo de pala que podemos encontrar en las diferentes aletas podemos hablar de las siguientes características:

¿Pala larga o corta?

¿es preferible la pala larga o la corta? La respuesta: depende. Y depende de los siguientes puntos:

– Si se está iniciando en el buceo, decídase por una aleta corta.

– Si usted va a practicar pesca submarina: necesitará una pala larga.

– Si realiza apneas profundas, también le beneficia la pala larga.

¿Pala rígida o blanda?

Las palas rígidas (normalmente largas), requieren de un mayor esfuerzo para moverlas pero se obtiene un empuje muy superior y se garantiza con ello que nos moveremos mucho más rápido.

Las aletas blandas, por su parte, nos permiten realizar movimientos breves y rápidos, con menor esfuerzo para las articulaciones y musculatura de las piernas, aunque por supuesto su empuje es mucho menor.

En consecuencia, ambas opciones tienen sus ventajas y, por supuesto, también sus inconvenientes, por lo que a la hora de decidirnos entre pala rígida o blanda, deberemos tener en cuenta lo siguiente:

– Si es principiante: le costará mucho mover una pala rígida con garantías, es preferible decantarse por una blanda para ir “haciéndose” al movimiento y ganar la necesaria musculatura en las piernas.

– Si realiza apneas profundas: agradecerá poder ascender con la máxima rapidez: necesitará unas aletas rígidas.

– Las aletas rígidas también se recomiendan para los pescadores submarinos.

El efecto cuchara

La tendencia actual en aletas es la de combinar unos nervios laterales rígidos con una zona interior que sea mucho más flexible, con lo que se consigue el efecto cuchara deseado, puesto que los nervios laterales mantienen la forma de la aleta, mientras que la parte central adquiere

la forma de una cuchara.

Con esto, el agua se canaliza hacia atrás, se evitan las pérdidas laterales de agua y todo el esfuerzo se transforma en desplazamiento para el buzo.

Palas partidas

En los últimos años también resulta común encontrar palas con un corte longitudinal. Este corte permite la salida de una parte de agua por esa zona, además de eliminar aristas y esquinas (que se reemplazan por formas redondeadas).

Con este tipo de palas partidas se pretende disminuir la turbulencia que se genera durante la progresión del movimiento, lo que redunda en un menor cansancio para las piernas del buceador. Evidentemente también tenemos que tener en cuenta que el desplazamiento será algo menor.

Con una aleta de diseño “tradicional” el empuje se consigue durante el movimiento de descenso del aleteo, mientras que el ascenso puede considerarse como un “movimiento de recuperación”. Por el contrario, muchos modelos de pala partida (aunque no todos), hacen que la aleta trabaje tanto cuando desciende como cuando asciende.

CONSEJOS ÚTILES DE ELECCIÓN

Si se encuentra ante la necesidad de comprar unas aletas, puede que los siguientes consejos le aclaren algo más sus dudas:

– En resumen y simplificando la cuestión, podemos decir que cuanto más larga y flexible sea una aleta, nos permitirá alcanzar una mayor velocidad, pero también nos exigirá más esfuerzo a la hora de moverla. Es por tanto imprescindible que seamos capaces de encontrar el equilibrio perfecto entre longitud de la aleta y potencia de las piernas.

– Dentro de nuestras posibilidades económicas, siempre deberemos decantarnos por los mejores materiales que sea posible.

En este sentido hay que tener en cuenta que las prestaciones y calidad de la aleta son mayores cuando está fabricada en materiales de diferentes densidades: más rígidos en los bordes, más flexibles en el centro y lo más suave posible en la zona del empeine.

– Uno de los elementos más importantes de las aletas son las hebillas. Estas deberán ser resistentes y fiables, pero además conviene que dispongan de un ajuste progresivo, que sea fácil de manipular incluso con guantes puestos y debajo del agua. La hebilla deberá tener un sistema de bloqueo fiable, para evitar que se abra en el momento más inoportuno. Además deberá permitir cierto ángulo de rotación vertical, para adaptarse al talón y evitar posiciones forzadas.

– La tira de sujeción también deberá ser resistente y de una anchura superior a la del talón.

– No está de más que nos decantemos por colores llamativos que puedan ayudarnos a localizar

nuestras aletas en condiciones de poca visibilidad o incluso cuando se encuentren mezcladas entre otras muchas.

CONSEJOS DE MANTENIMIENTO

Por último recogemos a continuación algunos consejos para mantener sus aletas en perfectas condiciones durante el mayor tiempo posible. Aunque hoy en día los fabricantes han desarrollado diseños y materiales realmente resistentes con los que se consiguen aletas prácticamente indestructibles, lo cierto es que no hay nada que dure para siempre y mucho menos si no le damos los necesarios y adecuados cuidado. Unas sencillas y buenas costumbres que podemos resumir de la siguiente forma:

  • Evitar el sol: Debemos de proteger nuestras aletas del contacto con la luz solar siempre que no las estemos utilizando. La exposición a los rayos solares puede causar una rotura prematura.

  • Correcta limpieza: Debemos endulzar y mantener limpias todas las partes de la aleta, las palas, y en especial las hebillas y correas.

  • Correcto almacenaje: Es importante guardar las aletas siempre en plano, de lo contrario podría formarse una curva permanente en las palas o pliegues lo que puede mermar y dificultar su rendimiento bajo el agua.

    En este sentido también es conveniente guardar los insertos que vienen en la horma de la aleta ya que si los guardamos con ellos mantendremos mejor la forma original evitando deformaciones.

  • Nunca las guarde húmedas.

  • Nunca las guarde cerca de una fuente de calor directa.

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