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La Nutrición en el Buceo

Los practicantes de buceo nos sometemos a condiciones extraordinarias, la inmersión implica el movimiento en un ambiente denso, sin oxígeno natural y con una carga adicional, con el añadido de que un equipo de buceo completo puede pesar hasta 20 kilos.

Todos los deportes tienen un tipo de alimentación que favorece la actividad física. En la práctica, la nutrición del buceador de lejos una de las más detalladas y estrictas. La misma nos prepara para sumergirnos en un ambiente que no dominamos: las profundidades del mar.

Calambres, mareos, vómitos y hasta embolias son los padecimientos que una buena alimentación nos puede evitar. La prevención de estos estados pasa en gran parte por la nutrición del buceador. Pero… ¿Cómo debe ser?

Alimentación del buzo: aspectos generales

Los buceadores suelen tener un estricto control alimenticio orientado a la supervivencia en la práctica deportiva. A diferencia de otros deportes, el régimen alimentario en el buceo es de vida o muerte en todo momento. En este sentido, existen productos muy recomendados y otros que ser evitados a toda costa.

En líneas generales, nos referimos a una dieta bien distribuida y dividida en varias estaciones ligeras. Un buceador debe evitar comidas que generen digestiones pesadas y otros problemas digestivos. Si estos ocurren en el agua, el deportista puede enfrentarse dificultades considerables.

Además, el practicante de esta disciplina debe tener un colesterol controlado. En la inmersión a altas profundidades, el ser humano se somete a una presión alta. El sistema cardíaco está muy comprometido en este deporte, por lo que se debe mantener en excelentes condiciones.

Alimentos que no deben faltar en la dieta del buceador

La nutrición del buceador es algo diferente a las del resto de las disciplinas. Por ejemplo, en este caso los hidratos de carbono si son bastante recomendables. Nos referimos a la pasta y el arroz, aunque igual se deben controlar un poco las cantidades.

En cuanto a carnes, el pescado es el alimento que más se debe consumir. Su alta concentración en ácidos grasos es clave en el control de los indicadores del organismo. Además, este alimento es menos pesado que la carne de vacuno.

Los alimentos poco pesados serán centrales en la dieta diaria. Por eso las verduras y frutas deben figurar en las comidas, así como los lácteos. Los ingredientes ricos en agua y líquidos tampoco deben faltar.

Antes y después de sumergirnos

Las comidas antes de entrar al agua deben ser lo más ligeras posibles, sin dejarnos de aportar energía. Por ejemplo, si se bucea de mañana lo correcto es comer cereales, lácteos y frutas sólidas o líquidas. La fruta más recomendada es la pera debido a su alto contenido de nutrientes.

Mientras más digestivas sean las frutas mucho mejor. La piña y la fresa serán complementos de alto valor. El plátano también suele constituir una excelente fuente de energía, siempre que el resto de los acompañantes no sean pesados.

Al salir de agua, podremos consumir una comida un poco más pesada. Las galletas y el pan tendrán su espacio solo a partir de este momento. Los huevos, el pollo y embutidos complementarán la recuperación.

Nutrición del buceador: lo que no se debe comer

Todos los alimentos y bebidas que no favorezcan la hidratación no deberán ser consumidos, mucho menos antes del buceo. Esto incluye gaseosas, té, café y por supuesto el alcohol.

Las legumbres como los garbanzos, alubias y lentejas deben ser descartadas días antes de sumergirnos. Este tipo de productos pueden generar problemas digestivos y son difíciles de asimilar; estando bajo la presión de la profundidad, podrían generar dolores estomacales.

Las frutas cítricas tampoco son recomendables, salvo la piña. Estas pueden aumentar la probabilidad de vómitos mientras estamos dentro del agua. Los mismos podrían generar complicaciones respiratorias. La idea es evitar situaciones sanitarias difíciles de controlar.

Los alimentos dulces y aquellos que puedan producir reflujo también quedan descartados. Además, se deben dejar pasar algunas horas después de la ingesta de alimentos. Lo ideal es no entrar al mar en medio del proceso digestivo.

La nutrición del buceador está diseñada para evitar peligrosas recaídas en medio de un ambiente poco controlable. Los riesgos son notorios, pero controlables; la dieta vigilada es esencial en la seguridad de los buceadores.